viernes, 23 de octubre de 2015

Los beneficios de montar en bicicleta para la mujer

La creciente tendencia del uso de la bicicleta ha contagiado a hombres y mujeres por igual.  Quienes antes eran sólo espectadores de carreras ciclísticas, han encontrado en las rodadas cotidianas y en la bici como medio de transporte, una manera de combinar su pasión por el ciclismo con el sano estilo de vida que este proporciona. 


¿Sabías que montar en bicicleta te ayudará a bajar de tallas y a cuidar tu salud? Montar en bicicleta es un ejercicio ideal para conseguir ambos objetivos gracias a sus peculiaridades. Además, cuando lo practicas no tienes la percepción de hacer deporte, ¡porque es realmente divertido, a diferencia de otras actividades como correr. De hecho, cada vez vemos a más gente en la ciudad utilizando la bici como medio de transporte ecológico y económico, y además tiene muchos beneficios. 

¿Por qué el ciclismo es el deporte ideal para las mujeres? 

El ciclismo, sea competitivo o recreativo, es una actividad física ideal para la  ya que trabaja continuamente la parte motriz, muscular y cardiovascular, además genera endorfinas, comúnmente llamadas ‘moléculas de felicidad’. Mentalmente, montar en bicicleta libera estrés, genera retos y metas personales, fortaleciendo el nivel de concentración que requiere la  estudiante, ejecutiva y madre de familia.
Es importante tener en cuenta las recomendaciones básicas para las rodadas en bici: descansar adecuadamente para permitir la recuperación del cuerpo, una alimentación rica en proteínas que compense el gasto calórico que exige el ciclismo e hidratación con bebidas isotónicas, para recuperar las sales y minerales que el cuerpo elimina con la sudoración.
Además de incorporar la bicicleta en tu vida, si quieres llevar unos hábitos 100% saludables, es probable que debas hacer algunos pequeños cambios en tu día a día. Más verduras, una actitud positiva o disfrutar del descanso son algunos de los consejos para llevar una vida sana.
Los beneficios de montar en bicicleta

Además de ser una actividad más de moda que nunca, montar en bici tiene numerosos beneficios. Se trata de una actividad cardiovascular que ayuda a aumentar la capacidad pulmonar, disminuye la presión sanguínea, mejora la circulación de la sangre y aumenta el metabolismo basal, lo que ayuda a mejorar nuestra resistencia y nuestro estado de salud. Además, el trabajo muscular de piernas, caderas y abdomen, permiten quemar grasa tanto localizada como general y estilizar la figura.
Si tenemos un índice de masa corporal superior a 26 y, por lo tanto, nuestro objetivo es perder peso, la bici debe ser una gran opción deportiva. Las personas con un peso elevado o ligeramente superior a lo recomendado, deben elegir un deporte que no genere estrés ni sobrecargue las articulaciones. En el caso de caminar, por ejemplo, todo el peso golpea las articulaciones de los tobillos, la cadera y las rodillas, y puede desarrollar problemas en el futuro.
La bicicleta también está indicada para todas aquellas personas con problemas articulares o ligamentosos, con signos de artrosis, desviaciones en los ejes de las piernas o alteraciones al caminar. Debemos tener en cuenta que nuestro aparato locomotor funciona como si estuviera compuesto por piezas de mecánica, y si no tenemos las piezas en un buen estado, podemos deteriorarlas y acelerar el envejecimiento de nuestro cuerpo.










sábado, 17 de octubre de 2015

¿Por qué debo hacer ejercicio?

¿Por qué debo hacer ejercicio?

El ejercicio es parte importante de un estilo de vida saludable. El ejercicio previene los problemas de salud, desarrolla resistencia, brinda más energía y puede ayudar a reducir el estrés. También puede ayudar a mantener un peso corporal saludable y a controlar el apetito.

¿Qué beneficios se obtienen del ejercicio?

Incluir el ejercicio en la rutina puede afectar su vida de manera positiva. El ejercicio puede:
  • Reducir el riesgo de padecer de una enfermedad cardíaca, hipertensión arterial, osteoporosis, diabetes y obesidad.
  • Mantener la flexibilidad de las articulaciones, tendones y ligamentos, lo que facilita el movimiento y disminuye las probabilidades de sufrir caídas.
  • Reducir algunos de los efectos del envejecimiento, especialmente los malestares ocasionados por la osteoartritis.
  • Contribuir al bienestar mental y ayudar a tratar la depresión.
  • Ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad.
  • Aumentar la energía y la resistencia.
  • Mejorar el sueño.
  • Ayudar a mantener un peso normal al acelerar el metabolismo (la velocidad a la que el cuerpo quema calorías).

¿Puede hacer ejercicio cualquier persona?

Todos pueden beneficiarse de la actividad física. La mayoría de personas puede empezar a hacer ejercicio por su cuenta a un ritmo lento. Si nunca ha hecho ejercicio antes, empiece con un período de 10 minutos de ejercicio leve o una caminata enérgica todos los días y aumente gradualmente el grado de dificultad y el tiempo del ejercicio. Si padece de algún problema de salud que el médico está controlando, como una enfermedad cardíaca u osteoartritis, hable con el médico antes de iniciar un programa de ejercicios. Incluso, si tiene una discapacidad física que limita la capacidad de moverse o ejercitar una parte de su cuerpo, el médico puede ayudar a encontrar otros ejercicios para mejorar su estado de salud en general.

¿Cuánto ejercicio necesito hacer?

Una buena meta es hacer ejercicio por lo menos 30 minutos, 5 veces a la semana. Sin embargo, la mayoría de personas necesita empezar gradualmente. Empiece ejercitándose 2 o 3 veces a la semana por 20 minutos a la vez. Cuando se sienta cómodo, aumente poco a poco la cantidad de tiempo y de días a la semana en que hace ejercicio.

¿Qué tan intenso debe ser el ejercicio que tengo que hacer para obtener beneficios para la salud?

Hacer un poco de ejercicio es mejor que no hacer nada. Empiece con una actividad que disfrute y que pueda realizar cómodamente. Aprenda a tomarse el pulso y calcular el ritmo cardíaco deseado (aproximadamente 80% del ritmo cardíaco "máximo”). A medida que se acostumbra al ejercicio, intente ejercitarse dentro de su zona de ritmo cardíaco deseado y así obtener el máximo beneficio.
Para tomarse el pulso, coloque suavemente 2 dedos al lado de su cuello, aproximadamente a la mitad entre su oreja y su barbilla y cuente la cantidad de latidos durante 10 segundos. Multiplique este número por 6 para obtener el número de pulsaciones por minuto. Por ejemplo, si está sentado sin moverse y cuenta 12 pulsaciones en 10 segundos, multiplique 12 x 6 para obtener 72 pulsaciones por minuto.
Para calcular el ritmo cardíaco deseado, reste su edad (en años) de 220.  Éste es el ritmo cardíaco máximo. Para calcular el ritmo cardíaco deseado, multiplique ese número por 0.80.
Por ejemplo, si tiene 40 años de edad, reste 40 de 220, lo que le da un ritmo cardíaco máximo de 180 (220 - 40 = 180). Luego multiplique este número por 0.80, lo que le da 144 (180 x 0.80 =144). Su ritmo cardíaco deseado será 144 pulsaciones por minuto.

Lleve el control del progreso

Mantenga un registro de su entrenamiento para controlar el progreso. Escriba cuánto tiempo hizo ejercicio y qué fue lo que hizo. Existen sitios web gratuitos y aplicaciones para teléfonos inteligentes para dar seguimiento a su progreso.

Busque un compañero para hacer ejercicio

Hacer ejercicio con un amigo es más divertido que hacerlo solo. Un compañero de ejercicios puede mantenerle motivado cuando no tiene ganas de hacer ejercicio. Es mucho menos probable que deje de hacer ejercicio si sabe que hay alguien que cuenta con su compañía. Y cuando alcance sus metas de ejercicio, tendrá alguien con quién celebrar.

Fuente: familydoctor.org.


sábado, 10 de octubre de 2015

LA ESCASEZ DE AGUA

La sequía provoca efectos devastadores en los países que las sufren. Actualmente, muchos países tienen menos agua de la que necesitan. A principios del próximo siglo, una tercera parte de las naciones tendrá escasez de agua de modo permanente. La primavera es cada vez más pobre como consecuencia de la tala de los bosques y el cambio climático. Los lagos subterráneos, que datan de tiempos prehistóricos, se están agotando con rapidez.


El ser humano considera al suelo, que normalmente llama tierra, como algo muerto, donde puede colocar, acumular o tirar cualquier producto sólido o liquido que ya no le es de utilidad o que sabe que es tóxico. La humanidad obtiene la mayor cantidad de agua de los ríos, pero casi todos se encuentran inservibles a causa de la contaminación. El agua de mar desalinizada es una fuente potencial, aunque el costo del proceso es diez veces mayor.

La inercia política agrava la crisis del agua. La crisis mundial del agua cobrará en los próximos años proporciones sin precedentes y aumentará la creciente penuria por falta de agua en las personas que habitan en muchos países subdesarrollados. Los recursos hídricos disminuirán continuamente a causa del crecimiento de la población, de la contaminación y del cambio climático.


De todas las crisis sociales y naturales que debemos afrontar los seres humanos, la de los recursos hídricos es la que más afecta a nuestra propia supervivencia y a la del planeta. Ninguna región del mundo podrá evitar las repercusiones de esta crisis que afecta a todos los aspectos de vida, desde la salud de los niños hasta la alimentación de los seres humanos. Los abastecimientos de agua disminuyen, mientras que la demanda crece a un ritmo pasmoso e insostenible. Se prevé que en los próximos veinte años el promedio mundial de abastecimiento de agua por habitante disminuirá en un tercio.

La falta de consciencia sobre la magnitud del problema, la inercia de los dirigentes y las actitudes y conductas inapropiadas explican el deterioro progresivo de la situación y la razón de por qué no se adoptan las medidas que se necesitan.

A mediados del presente siglo miles de millones de personas sufrirán de escasez de agua en todo el mundo. Se calcula que un 20% del incremento de la escasez mundial de agua obedecerá al cambio climático. En las zonas húmedas es probable que las precipitaciones lluviosas aumenten, mientras que en muchas zonas propensas a la sequía, e incluso en algunas regiones tropicales y subtropicales, disminuirán y serán más irregulares. La calidad del agua empeorará con la elevación de su temperatura y el aumento de los índices de contaminación. Ya en los últimos años se ha evidenciado una importante disminución en su calidad. Y los más afectados siguen siendo los pobres, ya que el 50% de la población de los países subdesarrollados está expuesta al peligro que representan las fuentes de agua contaminadas.

Otros problemas muy importantes que se plantean son los de la calidad y la buena administración del agua. En el mundo hay más de 2,2 millones de personas que mueren cada año debido a enfermedades causadas por el agua potable contaminada y un saneamiento deficiente. Una gran proporción de esas muertes se debe a las enfermedades ocasionadas por el agua. Aproximadamente, un millón de personas muere de malaria cada año y más de 200 millones se ven aquejadas de esquistosomiasis, una dolencia conocida también con el nombre de bilharziosis. Todas estas terribles desgracias, así como los sufrimientos y pérdidas que entrañan, se pueden evitar.

Actualmente la industria utiliza el 22% del agua consumida en el mundo. En los países ricos ese porcentaje asciende a un 59%, mientras que en los países pobres sólo llega a un 8%. En el año 2.025 esa proporción alcanzará un 24%. Se calcula que para ese entonces se gastarán 1.170 km³ de agua anuales para usos industriales.

También existe el riesgo de privatizar la producción de agua potable, su distribución y fijación del precio. En esta situación son siempre los pobres quienes más padecen, pues tienen menos acceso al abastecimiento de agua y deben pagar proporcionalmente más por él. Por ejemplo, en Nueva Delhi –India-, el agua se vende a los pobres a razón de 4,89 dólares por metro cúbico, mientras que las familias que poseen agua corriente a domicilio pagan solamente 0,01 dólares por la misma cantidad. En Vientiane -República Democrática Popular Lao-, los vendedores cobran 14,68 dólares por metro cúbico, mientras que la tarifa municipal es de solamente 0,11 dólares.



Cuando faltan las infraestructuras y los servicios, las áreas urbanas que careen de instalaciones para el suministro y el saneamiento de aguas constituyen uno de los entornos más peligrosos para la vida humana. Muy pocas viviendas en esta Tierra tienen desagües que vayan a parar al alcantarillado. La población pobre que vive esa situación en las ciudades es la primera víctima de las afecciones causadas por la falta de saneamientos, las inundaciones e, incluso, por las enfermedades causadas por el agua como la malaria, que se ha convertido en una de las principales causas de enfermedad y muerte en muchas áreas urbanas. Por otro lado, a medida que la demanda de agua aumenta, proliferan también los rumores sobre las guerras que pueden avecinarse debido a la falta de los recursos hídricos.

Fuente: http://www.proyectopv.org/1-verdad/escasezagua.htm.